Lemes y Peñate sufren el primer abandono en el nacional de tierra

Las opciones al título nacional de tierra para Yeray Lemes y Rogelio Peñate se esfumaron en la localidad de Villaquilambre, León. La joven pareja del equipo Imex-Laca Competición se encontraba luchando por las primeras posiciones, pero fueron víctima de un golpe de mala suerte y del polvo en suspensión que permanecía tras el paso de los vehículos. Conscientes de que se jugaban mucho en esta penúltima cita del campeonato, Lemes y Peñate sacaban la quinta esencia a su Mitsubishi Lancer Evo IX. En la primera prueba cronometrada, de algo más de cinco kilómetros cronometrados, ocupaban la segunda posición provisional, aunque cediendo aproximadamente un segundo por kilómetro debido a la escasa visibilidad. Un problema que se acusaba aún más en el siguiente tramo cronometrado, con más de diez kilómetros de recorrido, en el que perdían más de veinte segundos, cayendo a la cuarta posición de la clasificación general provisional. Ante ello el equipo solicitaba un minuto más para tomar la partida, lo que en total serían tres de intervalo entre el primero y ellos, que eran los segundos en partir. Por supuesto con el propósito de aumentar la seguridad y el de competir en igualdad de condiciones, aunque la organización hizo caso omiso al respecto. El tercer tramo cronometrado, es decir, la repetición del primero, fue el canto del cisne para el equipo canario, que golpeaban una arqueta en quinta velocidad y fastidiaban la rueda trasera izquierda, acabando ahí su actuación y perdiendo toda opción al título. El piloto Yeray Lemes comentó tras su abandono: “Intentamos por todos los medios luchar por el triunfo, pero muy pronto se han ido todas nuestras esperanzas de golpe. Empezamos con buen ritmo, pero en muchos casos la visibilidad era muy escasa. Finalmente golpeamos una arqueta que nos dejó fuera de carrera y ahora nos hará luchar por el subcampeonato, que por otro lado no sería un mal resultado.” Rogelio Peñate destacó desde el lugar del abandono: “Se nos han esfumado todas nuestras opciones. Comenzamos con todas las posibilidades, pero la visibilidad nos impedía ser más competitivos, además de que comprometía la seguridad. No nos concedieron un minuto más para que el polvo se despejara algo más y finalmente fuimos víctimas de la poca visibilidad al golpear una arqueta, por fortuna sin consecuencias personales para nosotros ni los aficionados."